Baile de disfraces

De nuevo me encuentro sentada delante del ordenador, intentando ordenar mis ideas y dejando fluir los sentimientos que habitan en mi corazón. Traducirlo no es fácil, resulta una tarea complicada. El tema de hoy es recurrente, el mismo de siempre, aquel que no cesa de rondar por mi alborotada y terca cabeza. Sigue sin corresponderme el amor, sigue sin querer anclarse a mí, pasando desapercibido por completo. Me siento sola, perdida y con necesidad…Es triste sentirse necesitada de afectos, pero mas triste aún es no poder regalar todo esto que llevo adentro. Quiero compartir mi alma, mi cuerpo desnudo, mis manos cerradas por la ausencia pero preparadas para abrirse al abismo, mi mirada deseosa de perderse en otro cuerpo, y mi olfato ansioso de conocer aromas diferentes. Cuesta reprimir tantos sentidos y extremidades, hablar con ellos y decirles…“Esperad, pronto llegará una nueva sensación que palpar y oler“… “Pronto nos adentraremos en territorios nuevos y desconocidos“… Quizás es un engaño cruel y acabe mis días y mis noches sola y soñándolo. Quiero despertar consciente de lo que me pasa, sin preocuparme ni lastimarme. Saber que estar sola, sin compartir, sin dar, es normal y no síntoma de fracaso y derrota. ¿Porqué esta carga de culpabilidad?. ¿Quién me hizo tan poca cosa?, ¿Que mala conjunción de planetas se fraguó el día en que fui concebida?. ¿Que tarea me fue asignada a este mundo que no logro completar? Y ¿ Porqué soy a día de hoy tan, desgraciada?. Debo agarrar fuertemente todo aquello que me sobra y dejar caer lo que me falta. Todos se empeñan en verme como un ser frágil, anulado e incapaz de sobrevivir a esto. Me encargué de desempeñar el papel de víctima y es la única imagen que soy capaz de proyectar.
Hoy por la tarde estuve en la calle, observando a mi alrededor almas parecidas a las mías pero que fingen seguridad. Aún me sentí mas desgraciada al no poseer al menos este don. Porque eso es lo que quiero, fingir para no sufrir. Ponerme la careta, normalizar mi estado y echar para adelante. ¿Acaso no lo hacen todos? Pués…¡juguemos a este baile de disfraces y echemos el resto en ello!.