Domestícame

Me devuelves a la vida, la de los sentidos.

Que quiero vacaciones de todo menos de ti, que todo tiene mas sentido si tu estas junto a mi, que tus brazos benditos me protegen del miedo, que cuando tengo la suerte de que me mires, vuelo y lo hago tan alto mi vida que no tengo mas que palabras de agradecimiento.

Que has llegado a mi vida llenándola de todo lo bueno que esperaba de ella.

Hay algo mágico en ti que me envuelve las entrañas, las tripas, las escamas que me cubren la piel. Y quiero vivir a tu lado la fracción de tiempo que me dejes y quiero hacerte promesas y querer cumplirlas, domestícame, que todo me sabe a bien.

Cuéntame si vuelves, a que hora vas a volver, porque si se la hora me preparo el corazón para el momento y si no la se, es como si no existieras y me enfado con el tiempo y conmigo y contigo y con la magia que no se empeña en que coincidamos y cuando veo que no hay rastro de ti, ni de lo que alimentarme hasta que vuelvas si vuelves, no quiero quererte querer y busco razones para no quererte mas ni mejor y las encuentro y te alejas y me alejo aún sabiendo que sin tí todo es perder momentos.

Y no te invento, eres real, un sueño hecho real, fabricado de un material que ya quisieran muchos seres y muchos objetos poseer, que si el dinero te fabricara trabajaría hasta quedarme en los huesos.

Soy lo que me das, y si el sentimiento se desvanece, ajenos nosotros a él, si no estas y decides seguir, queriendo o sin querer, camino sin mi, yo haré lo mismo aunque me cueste la vida perderte.
Tengo que aprender a negarme a pedir limosna a tu cuerpo.

Tengo el corazón tendido fuera esperando que llegues.