Pensamiento 6 (a Javier)

Antes de ponerme a escribir saco tu arrugada foto del bolsillo y contemplo el contorno de tu rostro una vez más. Desde que llego a casa repito este acto con demasiada frecuencia, como si tu sonrisa dibujada en papel fuera capaz de devolverme la serenidad perdida, la paz que dejé al otro lado del camino. Las maletas viejas llenas de nuevas ilusiones se han convertido en armarios provisionales en el parque de tus ojos, y un banco de madera me hace las veces de lecho. En ocasiones, cuando llueve y no puedo soportar el frío, como hoy, me cuelo entre la gente y paso largas horas recorriendo sus almas para resguardarme del viento y la soledad.
¿Sabes? me falta el aliento cuando me sobra tu ausencia... doblo esquinas buscando tu aroma, invento recuerdos y los echo a volar. Los rostros se difuminan en mis retinas, la gente se viste de indiferencia para invadir las calles y yo sólo soy una mano extendida más. Ojalá pudieses escribirme y hablarme de territorios conocidos, de tormentas de arena y del rumor del desierto. De si se te escapa algún suspiro que no lleve mi nombre. Y es que se me cuela entre los dedos el miedo a perderte...
Aunque mejor, déjarme morir de ausencia que verte agonizar de hambre... Dentro de poco te enviaré los pocos recuerdos que he conseguido reunir.
Deja de ser viento y nostalgia para convertirte de nuevo en la rutina y domingo de sofá de otro amor, que yo seguiré robando minutos de messenger para amarme a solas con tu recuerdo, y mis manos se convertirán en luces de focos de rodajes cuando una vez más te desnude de silencio... Que hay ocasiones en las que para elevarse en el aire basta con creer en algo: por qué no hacerlo en ti ahora.
Esperanzas rotas por no pagar el recibo, kilómetro y saldo cero, números rojos de día y de teléfono en la madrugada, migas de ausencia desperdigadas por el suelo de mi vacía habitación, otoño en tus labios y abril en mi pecho. Puertas que se abren y cierran imitando el aleteo de una mariposa. Y por fin, yo, cansada de vagar por tus recuerdos suplicando que alguien me venda una copa de olvido a cambio de abrazos. De cualquier tipo de abrazos...

A Javier, por tantas facturas sin pagar...